No hace mucho tiempo, recorriendo la localidad portuguesa de Óbidos, escribí sobre una iglesia, la de Santiago, que había sido transformada en una gran librería. Un proyecto arquitectónico y literario que salvó este edificio histórico del incesante proceso de deterioro en el que se encontraba. Comentaba, en su momento, que son de agradecer iniciativas de este tipo que protegen el rico patrimonio de muchas ciudades, a la vez que le dan una utilidad a estos edificios salvándolos de una futura…